domingo, 10 de mayo de 2009

Una mirada a la Psicoterapia Psicoanalítica desde el contexto actual

Actualmente, y a futuro, desde una mirada personal, a partir de mi propia selección de temas y autores, y de lo que mi experiencia en la clínica y la docencia me reporta, concibo una psicoterapia psicoanalítica que conlleva las siguientes características:

- La polémica al interior del grupo psicoanalítico, y desde fuera de él, en torno al status científico del psicoanálisis se mantiene aún vigente (Wallerstein, 2000), con un énfasis variable. La condición de una “ciencia hermenéutica” de singulares características define al psicoanálisis. A la vez, su condición de “oficio artesanal” y de arte se integra y enriquece la búsqueda de la verdad a través del dispositivo analítico.

- La pluralidad en psicoanálisis (Bernardi, 2001), las controversias y la contrastación de teorías permite el avance de la disciplina frente a la diversidad de opiniones. De base, se plantea que las ideas psicoanalíticas, además de unos acuerdos fundamentales mas no fundamentalistas, cambian a través del tiempo. (op. cit. p. 54). Para estas controversias se requieren procedimientos que permitan discutir acerca de los procedimientos, valga la redundancia. Estas discusiones presentan dificultades en tanto ponen en juego distintas concepciones acerca del psicoanálisis (p. 70) y la ubicación de cada quien al respecto.

- La dimensión social del psicoanálisis se refiere no sólo a una lectura del entorno sino al compromiso de atención, preventiva y terapéutica, a una población cuantitativamente mayor (Freud, 1919), y con criterios de indicación más allá de la neurosis y más acorde a las así llamadas “nuevas patologías” (como las adicciones, los trastornos psicosomáticos, las experiencias de abandono y violencia de diversa índole, entre otras). Algunos autores se refieren actualmente a un “psicoanálisis de frontera” aludiendo a estas situaciones límite, verdaderamente desafiante a los modelos teórico-técnicos tradicionales tanto en contextos institucionales como privados.

- Afrontamos la siguiente paradoja: el psicoanálisis puede entenderse como un método de investigación pero la investigación puede estar limitada en psicoanálisis. Es decir, además de que el psicoanálisis es un método de investigación de la mente humana, y la sesión lo es a través del análisis y la interpretación como una hipótesis, testeada in situ y posteriormente sometida a cierta verificación en el mismo contexto y en la supervisión, la investigación a nivel de casuística tiene un lugar de importancia y no siempre se la lleva a cabo con una concepción a nivel de salud mental de una población. (Jiménez, 1995) Actualmente, aún se mantienen confusiones y resistencias respecto a la investigación más allá del caso único, como si ello fuera incompatible con el psicoanálisis. Una ciencia o disciplina no puede prescindir de una mirada amplia, de una investigación sistemática y de un cotejo riguroso de sus hipótesis y modos de procedimiento, en nuestro caso, dentro y fuera de la sesión.

- Una creciente relación de complementariedad con las neurociencias. Hace ya varios años, una exalumna nuestra, médico de origen, me mostraba una investigación en la cual se planteaba que la medicación potenciaba su efecto cuando se la acompañaba de psicoterapia. La polémica entre miradas de comprensión, diagnósticos y terapéuticas psicológicas y psiquiátricas cae en franco desuso, dando paso a una creciente integración entre una y otra forma de aproximación a la mente humana. En el último Congreso Peruano de Psicoanálisis (Morales, 2008) pudimos escuchar explicaciones a partir de las funciones límbicas respecto al amor, por ejemplo. Releer a Freud desde el Proyecto, por ejemplo, y acercarlo a los descubrimientos más recientes, interesa cada vez más a la mayoría de nuestros colegas.

- La psicoterapia psicoanalítica se despliega en la intersubjetividad. El modelo freudiano entendido por muchos como una psicología unipersonal (Modell, 1984) da paso a una psicología bi-personal, intersubjetiva, relacional, en la cual ambos miembros de la pareja terapéutica están convocados en un encuentro que afecta a ambos (Coderch, 2001). Ya desde el concepto de “campo” acuñado por los Baranger (1993) se plantea que el par transferencia-contratransferencia puede ser insuficiente para dar cuenta, en alguna medida de lo que sucede entre ambas personas que “simplemente hablan”. Incluso, actualmente llega a plantearse la transferencia como respuesta a la contratransferencia del terapeuta, a su vez propiciada en parte por el paciente. De esta manera, el terapeuta y su persona, y no sólo su interpretación están cada vez más convocados en la psicoterapia psicoanalítica. La concepción de objeto se complementa con la de sujeto en un encuentro y experiencia terapéutica.

- La propuesta de Mariam Alizade (2002) de incorporar lo positivo en Psicoanálisis como “el rescate del potencial subyacente en un funcionamiento mental perturbado” (op. cit. p. 16) aporta una nueva perspectiva a la relación terapéutica, no sólo en cuanto a la comprensión del paciente sino especialmente en cuanto a la técnica y la intervención. Conceptos como atemporalidad del inconsciente pero no atemporalidad de las teorías, la salud de transferencia y no sólo la neurosis de transferencia, la compulsión a la repetición a la luz de la pulsión de vida, y el valor terapéutico de los intercambios intersubjetivos deseantes como un accionar transformador buscan un estatus metapsicológico y un alcance técnico en un contexto intersubjetivo.

- Actualmente persiste aún una actitud de resistencia en un número considerable de terapeutas y psicoanalistas respecto a los procesos abreviados y a lo que, incluso Jiménez (1995) planteó como “tecnología apropiada”, integrada con la investigación. La idea de trabajar en base a objetivos, en función de la demanda del paciente, y la evaluación del logro terapéutico despierta para muchos aún el temor de un alejamiento del psicoanálisis hacia paradigmas cognitivos, si no hacia una praxis que sustituye el análisis del síntoma “que ha de hablar”, acallándolo y propiciando una adaptación al sistema.

- Las escenas y sus correspondientes narrativas no aparecen sólo en el discurso del paciente sino en la reedición que se crea –y no sólo se repite en el sentido tradicional- en el vínculo terapéutico y en el espacio de supervisión. (Serrano de Dreifuss, 2001) Discurso que deviene en central a partir de la palabra-experiencia, como Freud decía ante la pregunta “¿Qué hacen juntos? Simplemente hablan”, para entender, y a manera de pretexto también para estar juntos, como diría Jiménez (2000).

- Antiguos dilemas, y con ellos sus correspondientes polémicas, como aquélla de si el terapeuta cura por lo que dice o por lo que es, si el proceso es expresivo o de apoyo, analítico o terapéutico, si se busca el insight y el cambio estructural o si se logran cambios sin insight y sólo modificaciones del yo, (lo cual también podría ser un cambio estructural), si sólo la técnica standard es la técnica psicoanalítica… se reformulan en busca de centrarse más en la experiencia entre las díadas paciente-terapeuta. Por ejemplo, Luborsky (1984) plantea que es el paciente quien define lo que es apoyo en función de lo que es vivido como beneficioso para él…, en este sentido, también una interpretación puede ser una intervención de apoyo.

- Dentro de la relación terapéutica que consideramos intersubjetiva, diversas investigaciones respecto a logros y procesos terapéuticos señalan actualmente que el acento está dado no en los criterios de indicación desde el paciente sino en la persona del terapeuta y en los acuerdos que entre ambos miembros del proceso pueden alcanzar. El concepto de alianza terapéutica se ubica así en un lugar prioritario, independientemente de la modalidad del proceso, vale decir, un proceso de largo aliento o uno “abreviado” en el tiempo y/o sus objetivos. La autenticidad y la espontaneidad del terapeuta, lejos de la sumisión a una técnica standard (Jiménez, 2000) y monocorde (Bleichmar, 1997), en armonía a un minucioso estudio metapsicológico y psicopatológico, son factores cruciales en un proceso.

- De aquí se desprende que la formación del terapeuta, en tanto la implementación de sus recursos personales para establecer un vínculo terapéutico, adquiere una dimensión mucho más allá, o más acá –como se prefiera- de un aprendizaje teórico de la técnica pues, como algunos autores, plantean la posición teórica del terapeuta influye en su contratransferencia, no a la inversa. La formación del terapeuta es objeto de preocupación no sólo a nivel de formación en una Escuela como la nuestra en el Centro de Psicoterapia Psicoanalítica de Lima, sino también en áreas de atención a los pacientes privados o en una institución. En este sentido, el proceso analítico extenso e intenso, de alta frecuencia y compromiso, ha de fluir acorde a la idoneidad del candidato o formando. La supervisión es reconocida como un espacio de entrenamiento de primer orden; se constituye en un espacio propicio a la escenificación y despliegue de aspectos de lo que ocurre entre paciente y terapeuta.

- La necesidad de cuidado del terapeuta a todo nivel, desde el formando hasta el terapeuta de mayor experiencia, requiere ser reconocida y llevada a la práctica, no sólo desde una reflexión y elaboración personal sino a nivel de colegas comprometidos consigo mismos y con su estrecha labor con sus pacientes. Instituciones de formación y práctica clínica requieren ofrecer espacios que propicien asumir los roles y tareas con suficiente responsabilidad. Los seminarios de formación contínua y los espacios de supervisión se constituyen en espacios complementarios al re-análisis propuesto por Freud (Freud, 1937).

- Dos investigadores españoles en Psicoterapia Psicoanalítica Poch y Avila (1998) incluyen en su obra lo que ellos llaman un “Estudio Predicativo: el Informe Norcross” (a partir de encuestas a 75 expertos). En éste se señala que “se hace necesario identificar aquellas técnicas que puedan garantizar 1) el desarrollo de un cuerpo de investigación clínico y empírico de alta solidez, 2) la inclusión en los programas de salud mental públicos y privados de tales técnicas y 3) el desarrollo de programas de formación de psicoterapeutas con unos baremos de exigencia proporcionales a la confianza que la comunidad deposita en ellos (op. cit. p. 271) El Informe Norcross y colab. (1992) hace hincapié en la importancia y muy probable auge de las técnicas centradas en el presente, poniéndose de relieve la centralidad de la relación terapéutica… Que el terapeuta pueda manifestarse como un personaje real, que hace evidente y comunica su compromiso, cuidado, interés, respeto y preocupación humana por el paciente, lejos de ser un obstáculo para el desarrollo del proceso lo favorece, según lo evidencia la investigación empírica de la que se dispone… el éxito terapéutico correlaciona positiva y significativamente con el establecimiento temprano de una “buena alianza terapéutica” (p. 274-6).

- En otras palabras, lo que permite al psicoanálisis estar vivo es tanto su práctica clásica y tradicional, como la adaptabilidad a diversas patologías y diversos contextos, debidamente investigados y supervisados.
Bibliografía:

Alizade M., (2002) Lo positivo en psicoanálisis Bs. As., Ed. Lumen.
Bernardi R. (2001) La necesidad de las controversias en psicoanálisis en Psicoanálisis, focos y aperturas. Montevideo, Ed. Psicolibros.
Bleichmar H. (1997) Avances en psicoterapia psicoanalítica, Ed. Paidós.
Bolonini S. (2002) La empatía psicoanalítica Bs. As., Ed. Lumen.
Coderch J. (2001) La relación paciente-terapeuta, Barcelona, Ed. Paidós.
Jiménez J. P. (1995) El psicoanálisis en la construcción de una tecnología apropiada en Psicoterapia Focal, Montevideo, Ed. Roca Viva.
Freud S. (1937) Análisis terminable e interminable, Bs. As., Ed. Amorrortu.
Klimovsky G (2004) Epistemología y psicoanálisis, Ed. Biebel.
Luborsky, L. Principles of psychoanayitic psychotherapy. New York, Basic Books.
Modell A. (1984) El psicoanálisis en un contexto nuevo Bs. As. Ed. Amorrortu.
Poch J. y Ávila A. (1998) Investigación en psicoterapia psicoanalítica Barcelona, Ed. Paidós.
Serrano de Dreifuss O. (2001) Psicoterapia Breve a partir de la Historia, Lima, Ed. Socosami.
Wallerstein R. (1997) Psicoanálisis y ciencia (1997) Bs. As. Ed. Dunken.
Presentado en:
V CONGRESO FLAPPSIP - V CONGRESO AUDEPP
“CONTEXTOS INESTABLES, SUJETOS VULNERABLES:
PERSPECTIVAS PSICOANALÍTICAS”

MONTEVIDEO, MAYO 2009
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